2/3/09

DEJEMOS JUGAR A LOS NIÑOS



El tiempo que los niños pueden dedicar al juego libre ha caído drásticamente, a causa de la TV, los videojuegos y las actividades extraescolares. Sin embargo, cuanto más inteligente es una especie, mayor la necesidad de juegar. Jugar y escuchar cuentos son la base de la inteligencia creativa


Estas pautas son una continuación del artículo "Otra lectura del fracaso escolar":

  • Cuentale cuentos a tus niños cada día. No es necesario que estén ricamente ilustrados, de esa forma ellos crearán sus imágenes en su mente. Si te parece oportuno, invítales después a hacer un dibujo sobre la historia y que te lo expliquen.
  • Cuando sean más mayorcitos, trata de establecer un rato para la lectura.
  • Ten en su habitación una variedad de juguetes. Cuanto más sofisticados sean, menos versátiles serán y menos actividad e inventiva requerirán de su parte. Así que escoge los más sencillos. Ten también objetos que sirvan para variados propósitos: trozos de madera, piñas, conchas hilos de lana…
  • Guarda ropa que no vayas a usar y puedan utilizar como disfraces.
  • Si vienen amiguitos a casa, no les pongas una película, acótales un espacio para que puedan jueguen, aunque desordenen. Eso sí, ordenar debe formar parte del final del juego.
  • No pongas freno a su “actividad”: Si quieren “ayudarte” a cocinar, limpiar, ordenar, etc. permíteles que lo hagan, aunque luego tengas que volverlo a repasar. Imitar escenas de la vida cotidiana es una parte importante del aprendizaje, no sólo de destrezas sino de actitudes (responsabilidad, autonomía, participación, iniciativa…).
  • No tengas TV en su habitación, ni en la cocina. Limita la TV a los fines de semana, y escogiendo los programas.
  • No es malo que un niño “se aburra”, o “no tenga nada que hacer”. No tener nada que hacer es el paso previo y necesario para que se ponga en marcha la actividad por iniciativa propia. Es lo contrario del videojuego, dondue el juego ya está hecho y el niño simplemente va eligiendo entre las opciones que se le dan.
  • Si tienes niños más mayorcitos, prueba a enseñarles juegos tradicionales: son una riqueza cultural en vías de extinción y tienen una complejidad que no tienen los deportes reglados.
  • En tus planes de fin de semana, procura que no todas sean de “consumo”: cine, comer… También: excursiones, caminatas, picnics…
  • Cuando comiencen a tener “deberes” en casa, la actitud hacia ellos puede marcar la diferencia. La palabra “deber” es en sí misma poco estimulante. Procura equilibrar los momentos de expansión con los de trabajo, de manera que cuando se ponga a ellos esté en el mejor estado de ánimo posible. Puede ser, por ejemplo, después de jugar un rato en el parque a la salida del cole.
  • No satures a tus hijos con actividades extraescolares, y menos a una edad en la que poco pueden aprovecharlos y necesitan ese tiempo para jugar.

Isabel Fernández del Castillo
Autora de La revolución del nacimiento
Publicado en la revista Mente Sana

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